5 jul 2011

LA HISTORIA SE REPITE EN CANARIAS CUATRO AÑOS DESPUÉS

Hace cuatro años un pacto de gobierno entre Coalición Canaria (CC), segunda fuerza con más diputados por entonces, y Partido Popular (PP), tercera fuerza política en el Parlamento de Canarias, arrebataron la Presidencia del Gobierno de Canarias al socialista Juan Fernando López Aguilar que había ganado las elecciones autonómicas con una clara ventaja, pero insuficiente para poder gobernar en solitario. Las negociaciones para llegar a un acuerdo de gobernabilidad con nacionalistas y populares también fracasaron. Las duras críticas a CC de López Aguilar tachándolo del partido de la corrupción, así como la oposición natural al PP, hizo imposible gestar un acuerdo que sí lo alcanzaron los nacionalistas de Paulino Rivero y el PP de José Manuel Soria.
Cuatro años después, las tornas se han invertido. Aunque con igualdad de diputados, el PP obtuvo mayor número de votos en las pasadas elecciones del 22 de mayo en Canarias y como ocurriese en 2007, el partido más votado tampoco gobernará en las Islas. Coalición Canaria y PSOE se buscaban desde hacía tiempo. La buena relación de CC con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en Madrid facilitaba el camino del encuentro. El hecho de que con el actual sistema electoral canario las mayorías absolutas son casi imposibles, propina que los pactos sean el único camino para llegar a un gobierno estable en Canarias. La ruptura del pacto de gobierno de la pasada legislatura por parte del PP abría un escenario futuro de un gobierno CC-PSOE en el Archipiélago que este martes ha quedado patente con la reelección de Paulino Rivero como presidente del Gobierno de Canarias y con la entrada en el poder después de 18 años de oposición de los socialistas canarios que ya añoraban poder.
La legislatura que comienza no es nada fácil. Si difícil fue la que ha terminado, ahora se deberá profundizar en la austeridad en el gasto e intentar que las políticas sociales no se vean dañadas en exceso. Y eso requiere de una buena gestión, algo de lo que el anterior Gobierno de Canarias adoleció. Tanto la sanidad y, sobre todo, la educación, fueron dos áreas que se vieron afectadas en mayor manera por los recortes. El caso de la educación es sangrante. Un gobierno que repetía hasta la saciedad la necesidad de la formación y la preparación de nuestros jóvenes ha dejado la educación canaria en un estado lamentable, como hacía tiempo no lo estaba. La mala gestión de su consejera, Milagros Luis Brito, se ha ganado a pulso el rechazo unánime de profesores, sindicatos y también de muchos padres que veían perplejos cómo pasaban los meses y sus hijos no tenían profesores sustitutos para cubrir las bajas. Todo ello acompañado de los informes que una vez más dejaba la educación canaria en la cola del Estado, no sólo en el nivel académico de nuestros alumnos, sino en la relación inversión-resultados, lo que muestra una evidente mala gestión.
El índice de desempleo en Canarias es el más alto de todo el Estado, lo que ello supone de quiebra social y de parálisis en el progreso de la Comunidad. Cierto es que las acciones que Canarias puede hacer para generar empleo están sometidas al marco laboral del Estado y a las políticas económicas que adopte el Gobierno central. Aunque el Gobierno canario ha tomado medidas acertadas, no se comprende cómo en Madrid se ha apoyado algunas iniciativas y unos Presupuestos Generales del Estado que no parecían ser los más idóneos para los momentos de crisis por los que atraviesa el país. En la medida que CC ha apoyado buena parte de la política económica del Gobierno del Estado es corresponsable de la situación generada en el país, aunque se ufane en decir que Canarias es la primera Comunidad que comienza a salir de la crisis, algo que está por ver. Acabar con el 28 por ciento de paro, con una alta tasa de economía sumergida,  reactivar el sector de la construcción sin consumir más suelo, de atraer inversión a las Islas y posibilitar que nuestras empresas miren al continente africano, no va a ser tarea fácil. La recuperación real tardará años y podemos estar con la cabecita media fuera de la crisis un largo periodo estabilizando el paro, pero sin llegar a una reducción auténticamente significativa.
Coalición Canaria cuenta con la llave en Canarias. Mientras sea la primera o segunda fuerza más votada, tendrá la opción de pactar con el que quiera para formar gobierno. Teniendo en cuenta que no existen los condicionales sociales que puedan existir en otras comunidades autónomas (País Vasco por ejemplo), un pacto PP y PSOE es prácticamente imposible. La reforma del sistema electoral parece que finalmente puede acometerse en esta legislatura y eso puede influir en el reparto de escaños en el Parlamento de Canarias. Lo veremos.
Por último, hay dos cuestiones que me incomodan, siendo respetuosos con el lenguaje, de este Parlamento de Canarias. La presencia como diputado de CC del ex alcalde de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Zerolo, imputado formalmente por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias de los delitos de prevaricación y malversación de fondos públicos por el llamado ‘caso de Las Teresitas’ y que la Intervención General de la Administración del Estado calificó de “pelotazo de libro” y, por otra parte, la presencia de un diputado del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL), Fabián Martín, hijo menor de Dimas Martín, histórico líder de la formación lanzaroteña que está en prisión por corrupción y que continúa acudiendo a los Juzgados cada cierto tiempo ante las innumerables causas que tiene pendientes. El PIL durante años campó a sus anchas en Lanzarote y en los últimos años ha estado continuamente salpicado por presuntos casos de corrupción, PIL y corrupción llegaron a ser casi sinónimos. La presencia de Fabián Martín en la Cámara autonómica no me inspira confianza.

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