30 ene 2011

¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN LOS PAÍSES ÁRABES?


Una situación en principio poco previsible está aconteciendo estos días en varios países árabes que tuvo como inicio las revueltas de Túnez contra, hasta ese momento, el presidente Zine al Abidine Ben Alí, pero que se han extendido rápidamente a otros países como Egipto, Yemen, Jordania, Siria o Arabia Saudí, sin descartar que puedan alcanzar a estados como el marroquí o Libia. 

La falta de democracia, la pobreza, la corrupción y el nepotismo rampante en estos estados son elementos comunes que han motivado las revueltas en las calles de las principales ciudades del mundo árabe. La injusticia política y social practicada durante décadas por sus dirigentes ha provocado el cansancio y el hastío de unos ciudadanos a los que solo les faltaba un pequeño empujón para lanzarse a la calle exigiendo cambios. La chispa saltó en Túnez. El pueblo tunecino no soportaba más a un presidente con más de dos décadas en el poder, bajo la más que sospechosa corrupción como compañera de viaje, la falta auténtica de libertades y garantías democráticas, así como las altas tasas de desempleo y pobreza.

Ben Alí tuvo que dejar el país y buscar refugio en Arabia Saudí. En el nuevo gobierno tunecino quedaron algunos de la vieja guardia, hecho mal visto por los ciudadanos que quieren partir de cero y dejar de lado todo lo que tenga que ver con el pasado. Hasta que esto no sea así, las revueltas continuarán y las consecuencias estarán por llegar. 

Egipto no tardó en contagiarse de las ansias revolucionarias. Lo normal en estos países es que los cambios se produjesen mediante golpes de estado militares, pero ahora es el pueblo, en la calle, el que reclama los cambios. Hosni Mubarak lleva más de 30 años en el poder, con un falso Parlamento, un partido monopolista (Partido Nacional Democrático) y con elecciones fraudulentas una y otra vez. Los disturbios se multiplican en las ciudades más importantes del país, la situación de desorden y caos comienzan a ser preocupantes. Los actos de vandalismo han llegado hasta el Museo de El Cairo. Mubarak ha intentado hacer tímidas reformas en el Ejecutivo, pero no son del agrado de un pueblo que lo que quiere es su desaparición del escenario político del país. 

En Yemen, el país más pobre de la península de Arabia, las protestas exigen la salida del poder de Alí Abdullah Saleh, con más de 30 años como máximo dirigente del país desde la unificación de Yemen del Norte y del Sur, y con una enmienda constitucional en puertas que prevé la elección vitalicia. De no lograr esta elección de por vida, Saleh tendría en todo caso a su hijo en la recámara para sustituirle al frente del país, aunque lo haya negado. 

Jordania, Siria y en Arabia Saudí también se han producido protestas, aunque de momento más moderadas. No obstante, no es de extrañar que aumenten en intensidad si la respuesta desde la clase dirigente no es la que se requiere en esta coyuntura.

Los próximos en la lista bien podrían ser Libia, incluso Marruecos. En Libia, Muammar al Gaddafi es líder del país desde 1969. Calificado como un auténtico déspota, Gaddafi desde siempre ha tenido detractores dentro de su propio país que han planeado en varias ocasiones acabar con su vida. Como buen dictador, ya piensa en uno de sus hijos para sucederle, de hecho Sayf al Islam al Gaddafi ya representa a la jefatura del estado en actos oficiales. Por su parte, Marruecos, con Mohamed VI y una “pseudodemocracia” establecida para contentar a las masas, podría caer también en esta oleada de revueltas populares. 

Mientras todo esto ocurre, occidente mira con cierta sorpresa los acontecimientos. Durante años ha sido espectador pasivo de un escenario que se suponía relativamente sereno, a pesar de estar gobernados por auténticos déspotas. Túnez y Egipto eran dos países en clara ascendencia como destino turístico, y digo era porque sin lugar a dudas sufrirán un claro retroceso hasta que la situación no se estabilice de una u otra manera. Viajamos con la convicción de hacerlo a países más o menos seguros, aunque algún incidente se ha producido en Egipto, como el último atentado que costó la vida a 21 personas junto a una iglesia cristiana de Alejandría. 

Las consecuencias de estas revueltas populares están por ver. No cabe duda que la incertidumbre es ahora mismo la nota dominante. La democratización de estos países es sin lugar a dudas interesante desde el punto de vista de justicia social y política, pero esperemos que no sea el escenario perfecto para que el islamismo radical encuentre la oportunidad buscada durante largos años de entrar en juego en estos países y hacerse con la voluntad de un pueblo desilusionado.

26 ene 2011

CUANDO EL DEPORTE DEJA DE SER DEPORTE

Las imágenes grabadas por los aficionados de la UD Las Palmas a su llegada al estadio Heliodoro Rodríguez López de Santa Cruz de Tenerife, el pasado domingo por la mañana, para presenciar el derbi entre el CD Tenerife y la UD Las Palmas de la Liga Adelante de Segunda división, muestran el recibimiento bajo insultos y lanzamiento de objetos a los que fueron sometidos desde lo alto del estadio por aficionados del CD Tenerife.

En este caso fue la afición del Tenerife, pero no es de extrañar, como ya ha pasado en otras ocasiones, que en el recibimiento del partido de vuelta en el Estadio de Gran Canaria suceda lo mismo, pero en este caso con la afición grancanaria como mal protagonista y la tinerfeña como víctima.

Una muestra más de cuando el deporte deja de ser deporte y se convierte, en manos de energúmenos que buscan en el fútbol una válvula de escape a sus frustraciones, en algo repugnante del que me avergüenzo. La “sana rivalidad” entre equipos se sobrepasa hasta límites violentos, aunque también sería injusto generalizar. Siempre achacamos que es el comportamiento de unos pocos y casi lo damos como normal y batalla perdida. Pero no podemos caer en el conformismo de ver pasar por delante de nosotros actitudes de este tipo argumentando que son “algunos” los que generan este tipo de situaciones. Con ellos: ¡fuera de los estadios! Mano dura. Un deporte no puede verse ensuciado con la actitud de sus aficionados.

23 ene 2011

FINANCIACIACIÓN PARA DEJAR UN VICIO

En un artículo anterior me he mostrado claramente a favor de la nueva ley antitabaco que entró en vigor en nuestro país el pasado 2 de enero y que, entre otros aspectos, prohíbe fumar en espacios cerrados.  La ministra de Sanidad, Leire Pajín, dejaba entrever la posibilidad, como una medida más para la lucha, no exenta de cierta hipocresía, contra el tabaquismo, de financiar con fondos públicos el tratamiento para aquellos que deseen dejar de fumar.
La administración pública no es un ente abstracto del que emana por gracia divina los fondos para pagar todo lo que se les pueda ocurrir a nuestros gobernantes. Todos somos parte del Estado, todos contribuimos con nuestros impuestos a que exista el dinero suficiente para cubrir lo que nuestros dirigentes, con responsabilidad, decidan que hay que cubrir.
Sí, también los fumadores pagan impuestos y también el Estado recauda unas importantes cifras por la aplicación de los impuestos al tabaco. El pasado año el Estado ingresó cerca de 8.000 millones de euros gracias a los impuestos del tabaco, mientras que para este año los ingresos pueden ser superiores a 8.200 millones. Ahora bien, este argumento no puede sostenerse en el hecho de que por pagar impuestos uno tiene el derecho de recibir a cambio todo lo que se pueda pedir. Ya el Estado se hace cargo de atender las consecuencias nefastas que el tabaco deja en la salud de los fumadores, pero ojo, también de sus consecuencias en la de los fumadores pasivos. Los fumadores pasivos tienen un 30 por ciento más probabilidades de padecer problemas cardíacos y enfermedades pulmonares. Estar expuesto a los componentes que se desprenden de la combustión espontánea del cigarrillo tiene unos efectos dañinos, especialmente para los que conviven con fumadores.
Si este argumento validara el hecho de financiar el tratamiento para dejar de fumar, a cuántos otros problemas no podríamos aplicarlo. Hay muchos servicios al ciudadano que podrían mejorar, en concreto en la sanidad pública de este país, para introducir ahora una financiación para dejar de fumar.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) considera necesario que se financie los tratamientos para dejar de fumar para personas con patología respiratoria. Pero es cuanto menos curioso observar cómo la propia Separ argumenta que aunque esos enfermos son tratados y se les recomienda dejar de fumar, siguen haciéndolo aun sabiendo de lo perjudicial para su salud. Luego, ¿en qué quedamos? ¿Qué hay de la responsabilidad individual?
 La decisión última de fumar la tiene cada individuo, y también la decisión de dejarlo. El Estado no puede estar tutelando en todo a los ciudadanos, anulando la responsabilidad que ellos tienen en las decisiones que toman. El acto de dejar de fumar es más un acto de verdadera voluntad y responsabilidad individual que de tratamiento farmacológico, y de ser esto último, el dinero que se ahorran en el tabaco bien lo podrían destinar a este fin. Saldrían ganando, seguro.
El coste del tratamiento  para dejar de fumar oscila entre los 250 y los 300 euros por persona y suele durar unos meses. Su efectividad no está garantizada.  Según el Comité Nacional Para la Prevención del Tabaquismo, tan solo el 40 o el 50 por ciento de los fumadores se mantienen sin fumar un año después de la terapia.  Todo parece indicar que no todos necesitan medicamentos para poder dejar de fumar y que un alto porcentaje del éxito radica en la voluntad de las personas que decidan dejarlo con plenitud de convicción en la posibilidad de alcanzar el objetivo último.



12 ene 2011

UN AÑO DESPUÉS, HAITÍ SIGUE ASOLADA POR LA MISERIA

No quiero dejar pasar este día sin tener unas palabras para un hecho que nos conmovió a todos y que aún hoy sigue estando vigente. Aunque su repercusión mediática ha ido a menos con el paso de los meses, no por ello la realidad desaparece.

Tal día como hoy, un 12 de enero de 2010, un pequeño país del Caribe, azotado ya históricamente por la pobreza, los fenómenos naturales y la mala gestión de sus políticos, vivió una de las peores catástrofes que se recuerde. Un terremoto de 7 grados en la escala Richter afectó a la capital de Haití, Puerto Príncipe y sus proximidades, dejando entre 250.000 y 300.000 muertos, más de un millón de damnificados y hasta la fecha, cerca de 800.000 personas que aún siguen viviendo en la calle. Viviendas, escuelas, hospitales, carreteras, la mayor parte de las infraestructuras quedaron totalmente destruidas.

La reacción internacional no se hizo esperar. Durante años pocos habían reparado en la situación de Haití. Un país maltratado por su clase dirigente y sumido en la pobreza más absoluta que ahora era, además, maltratado por las fuerzas de la naturaleza. La ayuda humanitaria llegó, las ONG se instalaron en el país para ayudar a su reconstrucción y socorrer las primeras necesidades de una población ya necesitada de por si.

Después de un año, los escombros continúan ocupando las calles, cerca de un millón de personas no tienen casa y problemas añadidos como la epidemia de cólera han empeorado notablemente la situación. Las críticas sobre la comunidad internacional vuelven a elevarse ante la pasividad aparente en los trabajos de reconstrucción del país. No obstante, hay que tener en cuenta que estamos hablando de un país destrozado, de la magnitud de una catástrofe que jamás antes se había experimentado, que se parte de cero para volver a levantar un país, con una clase política poco fiable y con una población cada vez más escéptica respecto a la ayuda externa.

Siendo sinceros, sería un milagro si en un año se consiguiese recuperar ni tan siquiera una tercera parte de lo que puede considerarse como normalidad, en un país que nunca ha gozado de esta característica. Es posible que se pueda haber hecho mucho más, no lo pongo en duda; pero no estamos ante una empresa fácil de realizar. Puede que haya que reforzar aún más la ayuda humanitaria y a la vez de gestionarla mejor. Lo primero es atender las necesidades inmediatas de la población para posteriormente iniciar la reconstrucción de las infraestructuras. Repito, la tarea no es fácil, los primeros que sufren son los haitianos, pero esperemos el transcurrir este año para formarnos una opinión más acorde con la dimensión de la tragedia.

10 ene 2011

ETA Y SU ALTO EL FUEGO



Seré breve. Lo justo para no darle más protagonismo a una banda terrorista que cada vez ocupa menos portadas en los medios de comunicación. ETA ha vuelto a declarar un alto el fuego, permanente y general, además en esta ocasión ha añadido lo de verificable internacionalmente. Desde hace varios meses se venía esperando un comunicado de ETA, aunque la incógnita estaba en saber si sería el comunicado definitivo o no, es decir, el comunicado donde se anunciase el fin definitivo de la banda terrorista y la entrega de sus armas o una nueva tregua (ya van once con esta), que diese lugar a un nuevo proceso de negociación. 

Está claro que ETA pasa por un momento de gran debilidad y que tradicionalmente siempre que esto ha ocurrido ha tirado mano de las treguas. A poco de las elecciones municipales y autonómicas, la banda terrorista ve como su aliado político, la izquierda abertzale, puede quedarse fuera de las instituciones políticas y eso sería un golpe casi definitivo para la existencia de la propia ETA, así como la pérdida de protagonismo en la vida pública vasca de la izquierda abertzale. 

No es descartable, por lo tanto, que estemos ante otra “tregua trampa”. Nada podemos confiar en unos asesinos que tienen una visión muy particular de lo que debe ser la democracia: “la de dar tiros para imponer sus ideas”. La Declaración de Bruselas, firmada por el mediador Brian Currin y otras veinte personalidades internacionales, y el Acuerdo de Gernika, han obligado en cierta manera a la banda a anunciar este comunicado. La Declaración de Bruselas hace un llamamiento a ETA para que declarase un alto el fuego permanente y completamente verificable. También añade que tal declaración debe ser respondida debidamente por el Gobierno español. Por su parte, en el Acuerdo de Gernika, cinco organizaciones políticas y otros 25 agentes sindicales y sociales suscribieron un acuerdo para un escenario de paz y soluciones democráticas.  

Habrá que ver cuál será el papel de los mediadores internacionales y en qué términos se realizará la verificación del alto el fuego sin contar con las fuerzas de seguridad del Estado. Habrá que ver qué se entiende por alto el fuego y si ello comprende también la extorsión sistemática a empresarios vascos o el robo de material y explosivos.

En un principio parece que esta vez las principales fuerzas políticas no han picado en anzuelo, empezando por el Gobierno. Y esperamos que así sea. Tal y como dice la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT): “a estas alturas sólo se engaña quien quiere dejarse engañar”.

9 ene 2011

MALOS TIEMPOS PARA EL PERIODISMO

La profesión periodística no pasa por su mejor momento y desde que comenzó la crisis económica las empresas informativas han realizado ajustes presupuestarios con la finalidad de poder mantener con vida al medio de comunicación, aunque ello provocara dejar en la calle a un buen número de profesionales. Los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) han sido la fórmula utilizada por muchos medios para poder continuar existiendo; otros no han tenido más remedio que poner fin a su trayectoria.

El pasado año la cifra de periodistas desempleados se acercó a los 7.000 sin contar el número de jóvenes que dejan la Facultad de Ciencias de la Información y se incorporan al mercado laboral. Comparado con 2009, el número de periodistas parados se duplicó.  Las perspectivas no son nada optimistas para este año recién iniciado donde previsiblemente veamos más profesionales de la información en el paro y más medios de comunicación que tengan que ceder ante la inviabilidad de continuar. La publicidad ha sido y es el elemento fundamental en el desarrollo de las empresas informativas, proporciona los ingresos necesarios para la existencia del medio. La reducción de gastos en las empresas no informativos afectó especialmente al presupuesto destinado en publicidad y ello, indirectamente, en la capacidad financiera de los medios de comunicación privados. 

Y es que, aunque empresas con un matiz especial: informan, proporcionan noticias, ideas, opiniones; están sujetas a la dinámica de la economía de mercado. La noticia se convierte en producto de consumo y estar informado en la actualidad no es precisamente un valor en alza. La televisión, por ejemplo, el medio más seguido, es cada vez más entretenimiento que información. La mayor parte de su público no busca en la televisión información, sino entretenimiento, que nos haga pasar un rato sentado en el sofá sin tener la necesidad de reflexionar y ejercer una visión crítica de lo que estamos viendo. 

El carácter de entretenimiento del medio televisivo se ha comido literalmente al informativo. Hace pocos días se consumó la desaparición de un canal informativo de 24 horas, CNN+, en la Televisión Digital Terrestre (TDT). Prisa TV renunció al canal en favor de Telecinco. Rentabilizar un canal informativo es difícil. Ahora en su lugar tenemos la máxima expresión de la vulgaridad y el mal  gusto fruto de los acuerdos entre Sogecable y Telecinco, “Gran Hermano”. 

El periodista tiene cada vez más complicado encontrar su sitio en un mundo con más entretenimiento y menos información. La gran cantidad de canales que trajo consigo la TDT no se ha visto reflejado en el número de profesionales que han pasado a formar parte de ellos. La mayoría son canales de entretenimiento donde ni siquiera hay espacios informativos. 

La tendencia marca que el último reducto televisivo de la información sean los medios públicos, tanto nacionales como autonómicos. Son éstos los que en su vocación de servicio público tienen que estar por encima de la dictadura de las audiencias y no caer en el error de elaborar informativos para mayor consumo, sino elaborar informativos de calidad, rigor, imparcialidad y que aborden todas las temáticas en su justa medida. 

Internet parece que es el futuro de la profesión. Pero la cuestión está en ver si son capaces los medios de comunicación asociados a las nuevas tecnologías de acoger al elevado número de profesionales de la información que esperan una oportunidad para continuar o comenzar su vocación. Medios, además, con una particularidad, la de una información fugaz, la del estar al pie del ordenador para introducir la última hora sin apenas contrastación, donde el flujo de contenidos se produce a una gran velocidad casi al momento de producirse el hecho, lo que sin duda da lugar a numerosos errores y correcciones.

2 ene 2011

PARA COMENZAR EL AÑO

La subida de la luz

Lo dije en su momento y lo vuelvo a repetir: el peor gobierno para el peor momento. La demagógica política energética que ha llevado el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha traído consigo que en los últimos años el recibo de la luz aumente un 44 por ciento. Tolo ello agravado con la situación de crisis de las familias españolas, sometidas al paro, a la subida del IVA, al fin de las desgravaciones por vivienda o la subida progresiva de nuevo del Euríbor, cuya tendencia en los próximos meses es claramente alcista. 

Para algunos, este aumento en el recibo de la luz, que puede alcanzar los 51 euros anuales, una media de algo más de cuatro euros al mes, no supone un especial perjuicio para los bolsillos de las familias. Tal y como dijo el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, quien apuntó que si se tiene en cuenta que en una casa viven normalmente dos o más personas, la subida equivaldrá a poco más de 1,5 euros por usuario al mes, el equivalente al “precio de un café”. Demasiado frívolo este comentario cuando en España hay más de cuatro millones y medio de parados y cerca de un millón de hogares tiene a todos sus miembros en el paro. Jugar con las palabras sale gratis. 

Es cierto que la energía es un problema del presente y del futuro más inmediato; es cierto que con la bonanza económica de años atrás el gasto energético en este país se disparó, pero no es menos cierto que España tiene un problema estructural con las energías, claramente dependiente del exterior. Se nos habla del déficit tarifario y vemos los cuantiosos beneficios de las grandes eléctricas en España. El beneficio neto de Iberdrola fue de 2.824 millones de euros en 2009 y el de Endesa de 2.722 millones de euros. 

El Gobierno ha hecho una apuesta por las energías renovables vía subvención y ha realizado una moratoria nuclear. Sin embargo, las arcas públicas no pueden dar abasto al esfuerzo presupuestario que ello implica y tiene que recurrir a la subida del recibo de la luz aduciendo un mayor precio del petróleo como principal efecto de la misma. Se ha intentado convertir a las energías renovables en el paradigma energético de este país. Energías renovables sí, de momento como complemento de las energías tradicionales, pero no para engañar a la sociedad con leyes propagandísticas como la “Ley de Economía Sostenible” que ha puesto en marcha este gobierno. No es momento para la improvisación, y menos cuando las arcas públicas no dan para más. 

Lo subvencionado se convierte en un arma de doble filo porque lo estamos pagando todos sin que el Gobierno inste con medidas adecuadas a las grandes eléctricas a desarrollar estas energías alternativas como una apuesta seria de futuro y, además, rentables. Pero todo ello, siendo conscientes de las dificultades que conllevan estas energías para poder satisfacer la demanda de electricidad de un país con cuarenta y dos millones de personas más los millones de turistas que nos visitan.

Si se quiere realizar un verdadero esfuerzo por las energías renovables hay que implicar a las empresas eléctricas en el objetivo sin el caramelo de lo subvencionado. No podemos crear la ficción de las renovables para importar la mayor parte de la energía del exterior, incluso energía nuclear de Francia. 

Un comienzo sin humo

Digamos simplemente que se le ha dado la vuelta a la tortilla. Recuerdo aquellos años donde tenía que aguantar en un restaurante el humo del puro que se fumaba el señor de la mesa de al lado, pero veía con impotencia como en el otro lado de mi mesa dos señores charlaban animadamente cada uno con un pitillo. Recuerdo cómo en la cafetería desayunaba mi bocadillo, mi café con leche, y tenía que tragarme el humo de todos los que allí estaban sin reparar en que podría haber personas que no eran fumadoras y que les molestaba el humo. Incluso recuerdo como dentro de las aulas de la universidad se fumaba. 

Los fumadores ahora hablan de su derecho a fumar. Pero me pregunto, ¿dónde quedaba el derecho de los no fumadores en casos como los que he comentado? No teníamos más alternativa que fastidiarnos. En el restaurante, en la cafetería, en la discoteca, en el pub, en el pabellón de deportes, en la universidad, en el ascensor, en el lugar de trabajo. Siempre tuvimos que tragarnos la falta de tacto de la mayoría de los fumadores.

Otra cosa es que este Gobierno que mal tenemos haga las cosas como las hace, es decir, rectificando una y otra vez, en este caso una ley de corto recorrido que obligó a muchos empresarios a realizar inversiones para adaptar sus locales a unas exigencias que ahora se quedan en papel mojado. Asimismo, puede que algunos puntos de la actual ley puedan discutirse, como la prohibición de fumar en parques y zonas infantiles de ocio. Este hecho es más una responsabilidad individual de los adultos para con los menores y que el Estado intenta suplantar con la prohibición. En tal caso ya podría el Estado legislar al absurdo y prohibir a los padres fumadores hacerlo delante de sus hijos, en cualquier situación o lugar.  

Año decisivo para la crisis
El año que comenzamos será sin duda el año decisivo para superar la crisis económica. Será un año complicado y difícil. Los datos del paro no se prevé que mejoren notablemente, el Producto Interior Bruto (PIB) del país no llegará al uno por ciento, los recortes en los servicios públicos se mantendrán a lo largo de todo el año, podemos sufrir una mayor carga impositiva si las cuentas no cuadran, el Euríbor ya ha comenzado una senda alcista que no parará dado que el resto de Europa comienza a salir de la crisis cuando nosotros estamos de lleno en ella.
A estas previsiones se les une la subida de las luz, del gas, de la gasolina, la supresión de los 426 euros para aquellos que ya habían agotado el subsidio de desempleo, el fin del cheque bebé, la desgravación por vivienda, la reforma de las pensiones y alguna sorpresa que pueda producirse si la Unión Europea considera que no es suficiente lo que hace España para superar la maltrecha salud de sus cuentas. 
¡Dios nos coja confesados! Si somos capaces de superar este año, estoy convencido de que saldremos adelante… sin rescate.