28 jun 2011

DUDAS SOBRE SAN SEBASTIÁN CAPITAL CULTURAL

Las designaciones de sedes para la celebración de grandes eventos sociales, deportivos o culturales, como en este caso, están siempre mediatizadas políticamente. Lo hemos visto en Olimpiadas o en campeonatos del mundo de fútbol, por ser dos de los grandes acontecimientos deportivos y sociales que siguen millones de personas. La designación de San Sebastián como Capital Europea de la Cultura 2016 no se libra de esa mediatización. La sombra de Bildu planea por el escenario de decisión de una comisión formada por trece personas: seis miembros designados por el Ministerio de Cultura y siete miembros de organismos europeos (Consejo de la UE, Comisión Europea, Parlamento Europeo, Comité de las Regiones). El Ministerio de Cultura que forma parte de ese Gobierno que reiteró por activa y por pasiva que Bildu no estaría en las instituciones, mientras por la parte de atrás dejaba la puerta abierta para que el Tribunal Constitucional avalase la presencia de la formación abertzale en las elecciones del 22 de mayo, eligió a seis de los responsables en la designación de San Sebastián como Capital Cultura y, tengo que decir con mucho pesar, que la poca credibilidad que me transmite este Gobierno me deja serias dudas sobre la selección realizada. Si expresiones como “contribuir al cese de acciones violentas en el País Vasco” como se argumentó por parte de la comisión no es una valoración política, que baje Dios y lo vea. Se han valorado elementos que van más allá de los planteamientos culturales y del proyecto presentado por las ciudades candidatas. 

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene el empeño de lograr que estos personajes de Bildu entren por el camino de la democracia, solo que no tiene en cuenta que el concepto de democracia que maneja él y el que maneja Bildu se parecen en poco. Para Bildu democracia es mostrar los carteles de los presos etarras con decenas de víctimas mortales a sus espaldas, quitar la bandera de España de los ayuntamientos donde gobierna, amedrentar a los concejales del PSOE y PP en las pequeños pueblos del País Vasco y comparar el sufrimiento de las víctimas de los atentados terroristas con el sufrimiento de las familias de los etarras. 

Es una lástima, pero tengo enormes dudas sobre la designación de San Sebastián. Pero si ya tengo dudas con su designación, más aún con lo que puede llegar a ser ese proyecto en 2016 si la formación política Bildu se consolida en el gobierno municipal. San Sebastián es la ciudad que representa a España y me gustaría ver si se respetan los símbolos de nuestro país en los actos que se desarrollen. Tengo dudas de que no se utilice la Capital Cultural como plataforma propagandística y, sobre todo, tengo dudas de que se respete la pluralidad cultural y no se imponga una visión unilateral de la cultura. 

Lo más curioso de todo es que los más críticos con esta decisión han sido el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, socialista, y la exalcaldesa de Córdoba y ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, miembro del Gobierno de Zapatero. Ambas ciudades pujaban por la Capitalidad. 

No puedo dejar de hablar de Las Palmas de Gran Canaria, la capital de la tierra donde nací. La ciudad se ha llevado una gran tristeza hoy al no ser elegida para ser en 2016 Capital Europea de la Cultura, pero el trabajo realizado ha sido encomiable y se ha logrado estar hasta la última fase con verdaderas opciones de conseguirlo. La unidad social y la participación ciudadana han sido ejemplares.


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