11 jun 2011

PÉSIMA GESTIÓN DE ALEMANIA EN LA MAL LLAMADA ‘CRISIS DEL PEPINO’


No eran los pepinos, ni los tomates, ni las lechugas españolas. Finalmente las autoridades alemanas han descubierto en una granja ecológica de la Baja Sajonia el origen del brote de la bacteria ‘E.coli’ que ha causado hasta la fecha 31 víctimas mortales y cerca de 3.000 infectados. El brote infeccioso se encuentra en las semillas germinadas que se cultivaban en la granja donde varias empleadas ya habían enfermado semanas atrás, al igual que muchos clientes de restaurantes cercanos a la localidad donde estaba ubicada la granja. Con estos indicios, más difícil es comprender la tardanza en descubrir la procedencia de la infección, y la explicación la podríamos tener en que desde un comienzo las sospechas nunca recayeron en los productos alemanes, sino en los procedentes del exterior. Todos los esfuerzos se centraron en descubrir y analizar los productos frescos que llegaban, principalmente, de España. 

Desde el pasado día 24 de mayo hasta hoy, fecha en la que se hizo público el brote infeccioso, las autoridades alemanas se habían precipitado en varias ocasiones dando como muy probable el hecho de que la bacteria se encontraba en determinados productos, el primero de ellos el pepino español. Por extensión, todos los productos frescos españoles comenzaron a estar bajo sospecha y en los comercios alemanes se llegó a colocar cartelitos que decían “aquí no se venden productos españoles”. El daño económico al sector fue y es elevado, pero el daño a la marca España como comercializadora y exportadora de productos hortofrutícolas de una magnífica calidad costará tiempo superarlo. A raíz de esta crisis alimentaria, la Unión Europea se ha planteado reformar el sistema de alerta rápida para alimentos peligrosos a fin de evitar nuevas alarmas prematuras y sin suficiente base científica. 

Aún estoy esperando la dimisión de algún alto cargo alemán por la mala gestión realizada en lo que se llegó a llamar ‘crisis del pepino’. La ministra de Alimentación, Agricultura y Protección al Consumidor alemana, Ilse Aign, compareció por primera vez para hablar del problema el día 30 de mayo, cuando hacía seis días que se había hecho público el brote y ya se habían producido varias muertes. Esta señora también salió en defensa de la consejera de Sanidad de la ciudad-estado de Hamburgo, Cornelia Prüffer-Sotorks, que fue la que con su lamentable decisión de culpar al pepino español sin pruebas rigurosas, desató el conflicto entre España y Alemania. Tarda esta tal Cornelia en abandonar su cargo ya que puso en claro riesgo la salud de los alemanes al afirmar que el origen de la infección estaba donde jamás estuvo y sí donde ni siquiera se imaginaba, en la propia Alemania. Aparte, por supuesto, el daño hecho a la agricultura española. 

Y como cabía esperar, nuestro Gobierno como si no estuviera. No denunciará a Alemania por la grave irresponsabilidad que ha cometido y acaso intentará sacar algo de compensación económica ante la Unión Europea para los agricultores que han perdido millones de euros en esta crisis. Al final veremos si llega algo. Ahora bien, no era difícil acertar que nuestro Gobierno poco haría pasado el chaparrón. El Gobierno español no  tomará ninguna represalia contra Alemania, cuando estamos siendo fiscalizados por los germanos en todas las medidas que está adoptando este Gobierno para salir de la crisis económica y evitar riesgos al euro. La debilidad de España y de nuestro Gobierno en estos momentos es patente y no hay fuerza política para ir más allá.

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