2 may 2011

LA AMENAZA DE AL QAEDA NO HA TERMINADO


Casi diez años después de los atentados del 11 de septiembre 2001 en Estados Unidos, cuya autoría fue reivindicada por la organización terrorista Al Qaeda, la operación a escala internacional llevada a cabo  por George W. Bush en busca del hasta hoy líder de la misma, Osama Bin Laden, ha logrado su principal objetivo que no era otro sino capturar “vivo o muerto” al máximo responsable de las casi 3.000 personas que murieron el 11-S. La noticia ha causado cierta sorpresa, teniendo en cuenta que durante estos diez años no se había conseguido dar con el líder de la organización y cierto escepticismo imperaba en la opinión pública sobre el fin que hoy se ha plasmado en realidad, además que la misión en Afganistán, donde se creía en un primer momento que estaba, comenzaba a crear serias dudas . Bin Laden fue abatido por fuerzas especiales del Ejército estadounidense en una residencia situada en la ciudad de Abbotadad, cerca de Islamabad, en Pakistán. 

La muerte de Bin Laden no supone que la amenaza de Al Qaeda desaparezca de un plumazo. Esta organización terrorista con innumerables filiales que se extienden por todo el mundo, siempre encontrará algún radical dispuesto a convertirse en mártir para la causa islámica y ser un suicida capaz de sembrar el terror y acabar con la vida de personas anónimas, bien sea en occidente o en algún país árabe. De la misma manera, siempre habrá una persona influyente dentro de la organización con capacidad de tomar el mando y ejercer de líder. La Interpol ya ha advertido de posibles represalias de los grupos afines a Al Qaeda por la muerte de Bin Laden. Podemos vivir un periodo complejo si esta advertencia se hace realidad. El egipcio Al Zawahiri, de 60 años, mano derecha de Bin Laden, parece ser el elegido para asumir el liderazgo de la organización. Quizás en breve veamos algún anuncio vía internet de este personaje.

Aquel 11-S supuso un “giro copernicano” en la mentalidad de occidente. Estados Unidos se mostró vulnerable a un ataque no convencional planeado de manera minuciosa que, como el propio Bin Laden afirmó, superó las expectativas de Al Qaeda. A partir de entonces, la seguridad se ha convertido en una obsesión de occidente ante las constantes amenazas de nuevos atentados comunicadas por medio de internet o por vídeos emitidos en televisiones árabes. Los ciudadanos hemos visto reducida nuestra libertad en virtud de mayor seguridad. Los viajes en avión se han convertido en muchas ocasiones en auténticas odiseas de continuos controles, revisiones, toma de datos, declaraciones, etc., todo por nuestra seguridad. 

En este escenario que se abre ahora con la muerte de Bin Laden, podemos cuestionarnos diferentes aspectos de la política internacional: ¿Variará en algo la muerte del líder de Al Qaeda los planes que Estados Unidos y la OTAN tienen en Afganistán?, ¿verdaderamente Al Qaeda cuenta con apoyo suficiente en el mundo árabe, hecho que no se ha visto refrendado con las recientes movilizaciones populares en países como Túnez, Egipto, Libia, Bahréin, Yemen o Siria?, ¿se ha garantizado Barack Obama la reelección como presidente de Estados Unidos? Cuestiones que sin duda se irán desvelando en los próximos meses. De momento, el criminal Osama Bin Laden ya es pasado.

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