23 may 2011

ELECCIONES ANTICIPADAS POR DIGNIDAD POLÍTICA


Cuando un Gobierno tiene su futuro hipotecado con una política que le ha venido impuesta desde el exterior y que no cree en ella, un presidente que ha anunciado que no se presentará a las próximas elecciones a la Presidencia del Gobierno de España, una lucha interna en el partido por suceder al líder y unos resultados en las elecciones autonómicas y municipales sin precedentes que ha llegado a acabar incluso con la prevalencia socialista en sus tradicionales feudos, por simple dignidad política, es hora de convocar elecciones anticipadas. 

La comparecencia de José Luis Rodríguez Zapatero tras los resultados de las elecciones hizo por momentos pensar que el anuncio de la anticipación de las elecciones podía ser la noticia de la jornada junto con la debacle socialista. Sin embargo, una vez más, el presidente del Gobierno se aferra al poder, no sé con qué finalidad, si esperando un milagro en la resurrección económica del país, el golpe de efecto de ETA anunciando la entrega de armas y el fin de la banda terrorista, o bien por orgullo personal, haciendo frente a las circunstancias adversas sin dar lugar a la retirada. No trago con que quiera terminar por responsabilidad con las reformas que ha iniciado. Por responsabilidad política sería en todo caso convocar unas elecciones anticipadas que pueden proporcionar un empuje a la poca confianza que este país transmite de puertas a fuera. A estas alturas, no parece ser Zapatero el hombre más indicado para recuperar la confianza perdida. 

La sangría de votos del PSOE ha sido de tal envergadura que en algunos casos ha sorprendido incluso a los vencedores. Pensar que en Andalucía el Partido Popular (PP) se convierta en la fuerza política más votada con diferencia y que pasará a gobernar en las ocho capitales de provincia con mayoría absoluta, dice bien a las claras el mensaje que el electorado ha enviado a Zapatero. Y pienso que podría haber sido peor. Siempre se ha comentado que en las elecciones autonómicas y municipales, en especial en los municipios, que es donde se vota al alcalde, la influencia de lo que pasa a nivel nacional no es tan determinante. 

Otras muchas sorpresas han dejado estas elecciones. La victoria del nuevo partido de Álvarez Cascos en Asturias, la victoria del PP en otros dos comunidades tradicionalmente dominadas por los socialistas: Castilla La Mancha y Extremadura, son algunas de ellas, pero lo que mayor sorpresa, y a la vez preocupación, ha ocasionado es la fuerza con la que Bildu, la nueva Batasuna, ha entrado en las instituciones públicas del País Vasco y Navarra. En 88 municipios gobernarán con mayoría absoluta y con pactos podrían gobernar en muchos más. Se ha convertido en estas elecciones en la segunda formación política más votada detrás del PNV. Estos personajes que a lo largo de toda su historia han tratado con desprecio, incluso con violencia, a los concejales del PSOE y del PP, los llamados ‘constitucionalistas’, haciéndoles la vida imposible en los municipios dominados por sus respectivas marcas políticas, ahora tienen el premio que quizá se esperaba estratégicamente y que posibilite que la banda terrorista ETA abandone las armas una vez tienen nuevamente a los suyos manejando importantes cantidades de dinero público. Al menos eso es lo que se deja entrever si atendemos a los hechos acontecidos desde la creación de Bildu hasta su aprobación por parte del Tribunal Constitucional. Ya se han encargado algunos políticos y medios de comunicación en defender la presencia de Bildu como elemento imprescindible para alcanzar la paz. Si esto es así, lógico que tenga los resultados que ha tenido. Aunque poco se entiende este argumento si tenemos en cuenta que ETA estaba más débil que nunca y que era posiblemente su última posibilidad. Con el entorno político de la banda fuera de las instituciones, estaba claro que la izquierda abertzale pasaría a ser un elemento de tercera fila. Además, la acción policial tiene minada la moral de la banda terrorista. Sin embargo, ahora han recuperado oxígeno, los tenemos otra vez ocupando portadas, cargos públicos y avasallando a todo aquel que no piense como ellos en los Ayuntamientos. 

La debacle del PSOE en Canarias

Ninguna de las encuestas previas que se publicaron a las elecciones de este domingo mostraba una realidad tan nefasta para los socialistas canarios como la que descubrió ayer las urnas. Algunos sondeos, como el del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) daba vencedor al PSOE en Canarias. Pero el recuento deparó que de tener 26 diputados en las elecciones autonómicas de 2007, ha pasado a tener 15, once diputados menos. Ni analistas políticos, ni sociólogos, ni los propios adversarios políticos podían pensar en una debacle como la que ha tenido el candidato socialista al Gobierno de Canarias, José Miguel Pérez. El empate a diputados entre PP y CC, 21 escaños cada uno, y la entrada de Nueva Canarias como cuarta formación, abren a partir de ahora el juego de los pactos para alcanzar el Gobierno del Archipiélago. 

El PSOE solo tiene una forma de salvar la cara: pactar con CC y quitarle el Gobierno al PP, la fuerza más votada. De esta manera, el PSOE le devolvería la bofetada al PP cuatro años después de que los ‘populares’ pactaron con CC e imposibilitasen que el socialista Juan Fernando López Aguilar fuera presidente de Canarias.

Otra cuestión es el papel de José Miguel Pérez como secretario general de PSOE en Canarias. La posición en la que queda no es fácil. Unos resultados como estos ha mandado a más de uno a galeras. Con la división interna que hubo en el partido en la isla de Tenerife

En principio, Nueva Canarias a ver los toros desde la barrera.

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