10 ene 2011

ETA Y SU ALTO EL FUEGO



Seré breve. Lo justo para no darle más protagonismo a una banda terrorista que cada vez ocupa menos portadas en los medios de comunicación. ETA ha vuelto a declarar un alto el fuego, permanente y general, además en esta ocasión ha añadido lo de verificable internacionalmente. Desde hace varios meses se venía esperando un comunicado de ETA, aunque la incógnita estaba en saber si sería el comunicado definitivo o no, es decir, el comunicado donde se anunciase el fin definitivo de la banda terrorista y la entrega de sus armas o una nueva tregua (ya van once con esta), que diese lugar a un nuevo proceso de negociación. 

Está claro que ETA pasa por un momento de gran debilidad y que tradicionalmente siempre que esto ha ocurrido ha tirado mano de las treguas. A poco de las elecciones municipales y autonómicas, la banda terrorista ve como su aliado político, la izquierda abertzale, puede quedarse fuera de las instituciones políticas y eso sería un golpe casi definitivo para la existencia de la propia ETA, así como la pérdida de protagonismo en la vida pública vasca de la izquierda abertzale. 

No es descartable, por lo tanto, que estemos ante otra “tregua trampa”. Nada podemos confiar en unos asesinos que tienen una visión muy particular de lo que debe ser la democracia: “la de dar tiros para imponer sus ideas”. La Declaración de Bruselas, firmada por el mediador Brian Currin y otras veinte personalidades internacionales, y el Acuerdo de Gernika, han obligado en cierta manera a la banda a anunciar este comunicado. La Declaración de Bruselas hace un llamamiento a ETA para que declarase un alto el fuego permanente y completamente verificable. También añade que tal declaración debe ser respondida debidamente por el Gobierno español. Por su parte, en el Acuerdo de Gernika, cinco organizaciones políticas y otros 25 agentes sindicales y sociales suscribieron un acuerdo para un escenario de paz y soluciones democráticas.  

Habrá que ver cuál será el papel de los mediadores internacionales y en qué términos se realizará la verificación del alto el fuego sin contar con las fuerzas de seguridad del Estado. Habrá que ver qué se entiende por alto el fuego y si ello comprende también la extorsión sistemática a empresarios vascos o el robo de material y explosivos.

En un principio parece que esta vez las principales fuerzas políticas no han picado en anzuelo, empezando por el Gobierno. Y esperamos que así sea. Tal y como dice la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT): “a estas alturas sólo se engaña quien quiere dejarse engañar”.

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