26 ene 2011

CUANDO EL DEPORTE DEJA DE SER DEPORTE

Las imágenes grabadas por los aficionados de la UD Las Palmas a su llegada al estadio Heliodoro Rodríguez López de Santa Cruz de Tenerife, el pasado domingo por la mañana, para presenciar el derbi entre el CD Tenerife y la UD Las Palmas de la Liga Adelante de Segunda división, muestran el recibimiento bajo insultos y lanzamiento de objetos a los que fueron sometidos desde lo alto del estadio por aficionados del CD Tenerife.

En este caso fue la afición del Tenerife, pero no es de extrañar, como ya ha pasado en otras ocasiones, que en el recibimiento del partido de vuelta en el Estadio de Gran Canaria suceda lo mismo, pero en este caso con la afición grancanaria como mal protagonista y la tinerfeña como víctima.

Una muestra más de cuando el deporte deja de ser deporte y se convierte, en manos de energúmenos que buscan en el fútbol una válvula de escape a sus frustraciones, en algo repugnante del que me avergüenzo. La “sana rivalidad” entre equipos se sobrepasa hasta límites violentos, aunque también sería injusto generalizar. Siempre achacamos que es el comportamiento de unos pocos y casi lo damos como normal y batalla perdida. Pero no podemos caer en el conformismo de ver pasar por delante de nosotros actitudes de este tipo argumentando que son “algunos” los que generan este tipo de situaciones. Con ellos: ¡fuera de los estadios! Mano dura. Un deporte no puede verse ensuciado con la actitud de sus aficionados.

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