10 mar 2011

AENA: UNA HUELGA CON SAÑA

En la primera toma de contacto entre AENA y los sindicatos convocantes de las 22 jornadas de huelga en AENA para Semana Santa y verano no se ha llegado a ningún acuerdo. La incertidumbre está una vez más anclada en uno de los sectores que en los últimos años ha sido de  los más conflictivos. No ha habido periodo vacacional que no haya estado salpicado por huelgas de pilotos, controladores, tripulación de cabina, trabajadores de handling y ahora la que se avecina con los trabajadores de AENA por la privatización parcial de ente público y la concesión para la gestión de los aeropuertos de Barajas y El Prat.

En primer lugar, el daño ya está hecho. El mero anuncio de la huelga y especificando, con saña, los días donde se producirán los paros –principales días del periodo vacacional- ya ha provocado el efecto perverso de sembrar la duda sobre los interesados en elegir España y el Archipiélago canario como destino de sus vacaciones estivales. 

El derecho a la huelga está recogido en la Constitución española, nada que decir al respecto, pero hay muchas maneras de llevarla a cabo. En este caso, si puede hablarse de huelga abusiva, como se hace en ocasiones con los servicios mínimos, podemos emplear perfectamente el término. Incide las jornadas de paro en los días claves de movimiento de pasajeros en los aeropuertos españoles. Si eso no es mala lecha que venga Dios y lo vea. De nuevo los ciudadanos nos convertimos en moneda de cambio para las negociaciones entre empresa y trabajadores. 

España vive una profunda crisis y Canarias, con los peores datos de desempleo de todo el país, ha visto como el pasado mes de febrero se confirmaba la recuperación en el sector turístico, principal fuente económica del Archipiélago. Los datos fueron los mejores desde hace quince años. La buena marcha de economías como la alemana, principal país de origen de una buena parte del turismo que viene a las Islas, junto con la crisis política en los países del norte de África que ha motivado que parte del turismo tradicional de la zona se desvía hacia Canarias, ha posibilitado esas espectaculares cifras. Pero la recuperación de este sector puede verse gravemente afectada por la incertidumbre que vuelve a crear el anuncio de huelga en AENA. Los sindicatos CC.OO y UGT, por ser los mayoritarios, parece que están más por la labor de frenar la recuperación del sector, y en general de la economía española, que por impulsar condiciones que puedan ayudar a mejorar la coyuntura económica del país. CC.OO y UGT, junto con USO, son los convocantes de la huelga en AENA. Tras la motivación laboral, que puede entenderse, hay también una motivación ideológica: el descrédito y la demonización a todo lo que suene a privatización.  

Argumentar, como lo hacen los sindicatos, que con la privatización parcial del ente público se provocará mayor inseguridad en los aeropuertos y que la calidad de los servicios bajará es una falacia tal y como que hay empresas públicas cuya gestión deja bastante que desear y están lejos de prestar unos servicios de calidad. No siempre lo público es igual a calidad y eficiencia, ni lo privado a dejadez y pérdida de calidad. Legítima la inseguridad laboral de los trabajadores por el cambio de modelo, no la discuto, pero una vez más las formas no son las adecuadas, no se puede jugar con los ciudadanos de esta manera a sabiendas que es un sector estratégico donde puedes usar este factor para presionar. Todo tiene un límite, y tengo la impresión de que se está sobrepasando.

2 comentarios:

  1. La privatización de Aena se comenzó a gestar con el gobierno de Aznar (en aquel entonces se trataba de un 30% de Aena lo que se privatizaba), se continuó con el de Zapatero (impulsado por Magdalena Álvarez, privatizando algunas partes por completo, otras permacían en lo público por completo, desmembrando la emrpesa) y se termina ahora, en un 49%.

    Desde el primer momento, los trabajadores pidieron a los ministerios correspondientes estar informados de en qué condiciones se haría, qué se privatizaría, qué modelo se llevaría a cabo, etc. Se pedía poder participar también en ese nuevo diseño de la empresa. Por lo menos, que se oyese la opinión de quienes trabajan en la empresa.

    Los distintos ministros, siempre aseguraron que sería así. Cualquier medida sería conocida y tratada con los trabajadores o sus representantes. No se trata de que los trabajadores decidiesen el destino de la empresa, pero si participar de ello y conocerlo.

    A principios de Diciembre de 2010, en el famoso Real Decreto que propició el caos de los controladores aéreos y el consiguiente cierre del espacio aéreo, se incluía la privatización de Loterías del Estado y del 49% de Aena, estableciendo por ejemplo, que los trabajadores actuales se subrogarían a una nueva empresa, que se crearía a más tardar con fecha 28 de Febrero de 2011. Esta empresa, a su vez, podría subrogar a los trabajadores a las empresas concesionarias de los aeropuertos.

    Los trabajadores se enteraron de esta medida ese mismo día, a pesar de las promesas de los distintos ministros de que esto no sería así.

    A partir de ese momento, se establecieron reuniones con Aena, para aclarar en qué términos se haría esa concesión, a quienes y como afectaría. Se planteó hacer huelgas o jornadas de protesta, que se desestimaron tras el caos montado por los controladores.

    Pasado el 28 de Febrero, fecha en la que se creó la nueva empresa, los trabajadores siguen sin saber nada sobre sus condiciones. Saben que se les subrogará a alguna empresa, pero no a cual, ni en qué condiciones. Nada en absoluto. En estos momentos, ni siquiera saben si pertenecen a Aena o a la nueva S.A. creada.

    A los trabajadores que iban a ir a la huelga en Diciembre y que no lo hicieron, a los que se les han cambiado las condiciones laborales sin siquiera decirles cuales son estas nuevas, no se les permite siquiera protestar, porque se les demoniza, por intentar defender su puesto de trabajo.

    Se les exige a los trabajadores que sean responsables. Se les exige a cambio de sus puestos de trabajo, de que callen y bajen la cabeza y acepten unas condiciones que desconocen para ser cedidos a una empresa que desconocen, en unas condiciones que desconocen.

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  2. ... Sigue...


    ¿Que las fechas son malas para las huelgas? Desde luego. Yo mismo, como trabajador de Aena (a estas alturas era evidente, ¿no?) NO participaré en las huelgas, a pesar de estar a favor de las reivindicaciones, por estar en contra de las fechas elegidas. Sin embargo, parece que la elección ha dado sus frutos. Y rápidamente. Después de tres meses desde la publicación del R.D. sin que Fomento ni Aena "supiese" en qué condiciones se haría, como afectaría a los trabajadores, o al menos no se les comunicase a los trabajadores, hoy mismo, desde Aena han empezado a informar de las condiciones (a través de su twitter, de comunicados del presidente). Ahora solo falta que se plasme en papel y se firme, que es lo que hoy no ha querido hacer Aena.

    Se que veo las cosas de forma interesada, por ser parte, pero pregunto: ¿Debe demonizarse a los trabajadores por protestar por defender sus derechos? ¿Debe ser lo normal que a un trabajador se le cambie de empresa, de condiciones laborales o se le despida sin tener derecho siquiera a saber por qué o en qué condiciones?

    Y por supuesto, ni la empresa ni el ministerio tienen nada de responsabilidad en este entuerto, por lo que se ve. El incumplir la palabra dada, el no informar a los trabajadores de las condiciones que les afectan, el decidir cambiar una empresa y todo un modelo como el aeroportuario nacional, y a fecha de hoy, pasado el plazo de creación de la nueva empresa a la que se le cede todo el patrimonio de Aena y sus trabajadores, aun desconocer el nuevo modelo, parece que no tiene importancia.

    No soy sindicalista. De hecho, ni siquiera estoy sindicado (no comulgo con los sindicatos mayoritarios de Aena), pero quiero reivindicar mi derecho a mi trabajo, a saber en qué condiciones. A saber para quien trabajo.

    Y te puedo asegurar, que quiero reivindicar mi derecho sin saña. No tengo saña ninguna contra el resto de conciudadanos. Y también me preocupa la situación económica de mi entorno, de mi comunidad, de mi país. Y no quiero ir a la huelga (la huelga también cuesta dinero a los que la hacen, que en Aena trabajan personas normales, vecinos de cualquier barrio, que también sufren la crisis como todos los demás españoles y no imbéciles ciegos que no ven más allá de sus narices). Prefiero que se arregle antes siquiera de llegar a convocar la huelga (¿había dicho ya que desde hace TRES meses se está tratando de que Aena informe a sus trabajadores?).

    Podría decir que saña es la que se aplica contra el trabajador que defiende su derecho al trabajo, en vez de contra la empresa o el ministerio que decide cambiarlos unilateralmente sin siquiera molestarse en tener en cuenta a los afectados lo más mínimo.

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