17 mar 2011

ACUERDO EN AENA


Es de agradecer por el bien de los ciudadanos, del sector turístico y, en general, de la maltrecha economía de este país, que los sindicatos y Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) hayan llegado a un principio de acuerdo que queda pendiente de la ratificación de las federaciones de los tres sindicatos (CC.OO, UGT y USO) y, posteriormente de las asambleas de los trabajadores, aunque todo indica que el conflicto puede quedar cerrado. 

Pese a este acuerdo, quiero recordar que la gestión de los aeropuertos de Barajas (Madrid) y El Prat (Barcelona) continúan con el proceso que llevará antes de finalizar el año a la publicación del concurso público para la gestión de ambos aeropuertos en la modalidad de concesión. Y en este caso, la conflictividad puede quedar abierta. 

Cabe preguntarse, visto lo visto, si era necesario por parte de los sindicatos anunciar una huelga con las características demoledoras que conllevaban las 22 jornadas de paro repartidas en Semana Santa y vacaciones de verano, poniendo en jaque al sector turístico y la imagen exterior que se daba de inseguridad para viajar a España –especialmente la prensa británica se hizo eco de la noticia-. El dañó puede ser irreparable o no, el tiempo lo dirá; pero todo parecía indicar que con esa convocatoria de huelga se quería meter el miedo en el cuerpo y quizá se haya conseguido en parte de muchos que tenían a España y Canarias como destino de sus vacaciones. 

También cabe preguntarse por la postura de AENA y del Ministerio de Fomento en dejar derivar el problema suscitado entre los trabajadores del ente público, hasta el aviso de una huelga desmesurada en su planteamiento.  No se puede convertir la amenaza en el punto de partida de una negociación. La pregunta que me hago es si no se podría haber llegado a un acuerdo sin necesidad de plantear una huelga, más cuando las partes estaban condenadas a entenderse.  Los sindicatos están utilizando en algunas ocasiones el derecho de la huelga como objetivo de sus reivindicaciones y no el diálogo y la negociación para la solución de los conflictos laborales, dejando la huelga como último recurso. 

Asimismo, AENA y Fomento no pueden anunciar una medida que desde un principio contó con el rechazo y la oposición de los sindicatos por la incertidumbre laboral que suponía, sin abrir una vía de diálogo y de negociación de las condiciones de los trabajadores motivadas por el cambio de modelo y la privatización parcial del ente público.

El asunto canario, como Archipiélago, es concreto y significativo. El transporte aéreo para los canarios es fundamental en el desarrollo, cohesión y movilidad social. Es un medio de transporte necesario para la conectividad archipielágica que no puede verse supeditada a factores  y condicionantes laborales que impiden el derecho de todos los canarios a movernos libremente. El tema de Canarias continúa sin resolverse y la participación de las instituciones canarias en la gestión de los aeropuertos de las Islas es una cuestión que debe analizarse, así como las medidas extraordinarias en situaciones como la provocada por los controladores el pasado mes de diciembre. 

Repito, todos nos debemos congratular por el acuerdo alcanzado, pero las formas dejan bastante que desear por unos y otros.

1 comentario:

  1. Insistes en que los sindicatos han planteado la huelga como punto de partida, antes de iniciar una negociación, utilizándola como medida de fuerza, cuando no es cierto.

    Los sindicatos llevan intentando hablar y negociar con la empresa desde la semana siguiente a la publicación del R.D. de primeros de diciembre. Tras tres meses sin obtener ni una sola contestación, ni una sola, más allá de buenas intenciones (ni una sola por escrito), se llegó a la fecha límite del 28 de Febrero en la que se crea la Sociedad Anónima. Y es después de esa fecha, tras TRES MESES de intentos de negociación, cuando se decide convocar la huelga.

    Y casualmente, AENA y Fomento corren a negociar, ahora si. Los mismos que durante los tres meses anteriores solo daban largas y declaraban no saber nada.

    Se podría discutir si es desmesurada o no, si las fechas elegidas eran las mejores o no, pero lo que es indiscutible es que se trató de negociar antes, y que fue el Ministerio de Fomento quien estableció la fecha límite del 28 de Febrero, y AENA quien dió largas a los intentos de negociación, aduciendo desconocimiento de las intenciones del ministerio.

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