23 dic 2010

UN FUTURO CON O SIN PENSIÓN DE JUBILACIÓN


La previsible reforma de las pensiones que prevé realizar el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero es un duro golpe para todos los trabajadores que esperan una jubilación tranquila después de años de trabajo. En términos generales, cabe decir que en Canarias tenemos en la actualidad cerca de 257.000 pensionistas, entre ellos unos 129.652 son beneficiarios de pensiones mínimas. El grupo más numeroso de las pensiones mínimas son los que reciben una pensión no contributiva, de la que se benefician 42.043 personas. La pensión media en Canarias es de 736,55 euros, por los 890,85 euros mensuales a nivel nacional.

En el último año el número de pensionistas creció cerca de un 3% en Canarias, llegando en noviembre de este año a 256.728. Este aumento de pensionistas es superior a la media nacional. España será el país de la Unión Europea con mayor proporción de jubilados (35,6%) y menos personas en edad de trabajar (52,9%) sobre el total de la población en el año 2050, según la oficina estadística Eurostat. Ello significa que la tasa total de dependencia se situará en el  89,2%, es decir, que habrá 9 personas inactivas (ya sea menores de 15 años o mayores de 65) por cada 10 personas en edad de trabajar, lo que supone una grave amenaza para el futuro de las pensiones.

Según estos datos, el sistema a corto y medio plazo no corre peligro, algo muy diferente si la proyección demográfica se hace a largo plazo. Un hecho objetivo es el envejecimiento de la población. La esperanza de vida en 2030 rondará en nuestro país los 83 años. La tradicional pirámide demográfica comienza a adoptar formas muy preocupantes. Organizaciones internacionales como OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) considera que España debe afrontar con urgencia una reforma de las pensiones, incidiendo especialmente en elevar la edad de jubilación.

Desde mi punto de vista se plantea un dilema: reformar el sistema de pensiones ampliando los criterios para el cálculo de las pensiones y elevando la edad de jubilación en España de los 65 años actuales a los 67 o, por el contrario, mantener el sistema actual con alguna corrección e intentando que la creación de empleo pueda sufragar los posibles desequilibrios y no se produzca la quiebra de la Seguridad Social. 

Es posible que puedan aplicarse algunas medidas correctoras, entre ellas, reducir las prejubilaciones, intentar acercar la edad media de jubilación (actualmente por debajo de los 65 años) a la edad legal o adecuar la pensión a los años de cotización aunque ello suponga disminuir la cuantía de la pensión en un porcentaje. 

Sin embargo, todo indica que tarde o temprano se dará el paso definitivo a una reforma radical que modifique el periodo de cotización y eleve la edad de jubilación, en principio, hasta los 67 años. En este sentido me preocupa el caso de Canarias ya que la economía sumergida en el Archipiélago es elevada, muchos trabajadores realizan servicios sin estar cotizando a la Seguridad Social. Además, los parados de larga duración pueden que no cumplan con las exigencias que se estipulen como periodos de cotización para tener derecho a cobrar una jubilación. Sin duda, situaciones preocupantes que conllevarán también un cambio de mentalidad en los ciudadanos para abandonar ciertas prácticas enquistadas en nuestra sociedad. 

Ante esta situación, me remito a la filosofía de Epicuro (filósofo griego del siglo IV a.C)  para argumentar que en ocasiones debemos rechazar la felicidad presente e inmediata a los que les siguen sufrimientos mayores y aceptar dolores presentes cuando se sigue de ello una felicidad mayor.

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