23 may 2013

LA AMENAZA DE AZNAR

La entrevista al expresidente José María Aznar en Antena 3 Televisión ha sido portada en todos los medios de comunicación y tema de debate en tertulias de análisis político y de actualidad. De todas las afirmaciones realizadas por Aznar, una ha provocado especial inquietud en la política nacional, no solo en la oposición, que le tiene respeto porque son conocedores de la capacidad de liderazgo de Aznar y de su tirón electoral, sino también en las propias filas populares.
De las críticas de la oposición se desprende más bien temor. El miedo a que regrese el que sacó a España de una situación delicada cuando entró a gobernar, si bien las críticas se centren más en sus últimos años de gestión y en la desastrosa idea de meter a España en aquel conflicto de Irak, haciendo seguidismo a la política de George W. Bush, y desoyendo a muchas voces dentro del propio partido y de la mayoría de los ciudadanos de este país. Pero en el PP también se ha producido cierta incomodidad. Aznar no solo abrió la posibilidad de regresar a la política activa, sino que lanzó críticas directas al Gobierno de Rajoy, muy duras por cierto.
No es comparable. La situación que se encontró Aznar cuando llegó al poder en 1996 nada tiene que ver con la situación actual de profunda crisis económica en la que se entremezclan muchos factores: la crisis financiera, el déficit público, la política de austeridad impuesta por la Unión Europea, el estallido de la burbuja inmobiliaria. Una mezcla de causas que han desembocado en un escenario desalentador cuya máxima expresión son los más de seis millones de parados. Y es que, precisamente, Aznar pudo echar mano de esa burbuja para salir de la compleja situación económica que España tenía en el 96. La construcción se convirtió en el sector estrella e impulsor de la economía de este país. Fue el principio de la burbuja que nos ha traído ahora tantos males. El problema en estos momentos es buscar un sustituto a este sector que acaparó tanta mano de obra. Quizá el señor Aznar tenga la respuesta y lo guarde celosamente, pero me temo que desde la barrera es fácil hablar.

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