16 may 2013

COMEDORES ESCOLARES EN VERANO, UNA NECESIDAD

El anuncio realizado por el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, en el último Debate de la Nacionalidad Canaria, de abrir cerca de 200 colegios este verano, con el objetivo de abrir también los comedores escolares e impulsar, por otra parte, el aprendizaje de idiomas, ha vuelto a ser tema de enfrentamiento político donde jamás debe haberlo al tratarse de la delicada situación por la que pasan miles de niños del Archipiélago que, por duro que resulte reconocerlo, tienen dificultades para comer, algo que parece difícil de concebir tan cerca de nosotros, pero que, sin embargo, ocurre. Directivos y profesores de algunos colegios son conocedores de primera mano de los problemas reales por los que pasan en estos momentos muchas familias canarias y cómo pueden verse aliviados, por ejemplo, con los comedores escolares.
Podemos criticar que el presidente del Gobierno de Canarias haya anunciado la idea sin tener todos los cabos bien atados, por lo complejo que es poner en funcionamiento los colegios en verano, entre otras cuestiones, las relativas al personal, organización de la logística necesaria para llevar a cabo los proyectos o el alumnado que entrará en estos programas. Muchos aspectos que sin lugar a dudas deberían haber sido consultados con todos los agentes y administraciones implicadas. Podemos incluso criticar que Paulino Rivero buscaba un golpe de efecto político en el Debate de la Nacionalidad y que su anuncio soltaba un ligero tufillo a improvisación. Pero más allá de ello, hay una realidad que se impone a toda consideración política: Canarias fue la comunidad donde más creció la pobreza entre 2008 y 2011, un 21 %, casi el triple de lo que lo hizo en el conjunto de España (8 %). Además, la tasa de paro de larga duración (más de un año desempleado), que mide la exclusión social, se ha multiplicado por 7 entre 2006 y 2013, y es más relevante en Canarias. A estos datos podemos seguir sumándoles otros como el número de familias con todos sus miembros en paro o el de parados que no cobran ningún tipo de ayuda ni subsidio.
Si estos datos no se merecen que la idea de abrir los comedores escolares en verano salga adelante, los políticos que busquen excusas para ello se han equivocado de profesión. Argumentos como los esgrimidos por algunos ayuntamientos, gobernados por cierto por el PP, son una burla a la inteligencia. Pueden criticar al presidente del Gobierno de que no era esa la forma de anunciarlo, que debía de haber hecho la propuesta previa reunión con todos los implicados, pero una vez realizada esa crítica, al minuto siguiente estar mostrando la plena disposición para ponerla en práctica. Evidentemente no es la solución al problema de raíz que tiene la sociedad canaria, pero muchos niños y familias lo agradecerán. 

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